UN VERDADERO CAMBIO (UNA REVUELTA O REVOLCON) HACIA LAS BUENAS PRÁCTICAS POLÍTICAS EN COLOMBIA, DEBE INVOLUCRAR A TODO MUNDO, CON PRIORIDAD A MAYORÍAS Y CLASE DIRIGENTE.
¿CÓMO PARA QUÉ Y CÓMO POR QUÉ EXIGIR BUENAS PRACTICAS POLÍTICAS A LA SOCIEDAD (PUEBLO), SÍ QUIENES ASPIRAN A LAS CORPORACIONES, A CARGOS PÚBLICOS DE ELECCIÓN POPULAR, ENTRE ELLOS EL CONCEJO BOGOTANO, EN SU MAYOR PARTE LO QUE EN VERDAD SIEMPRE PROCURAN Y SE DEDICAN ES A POLITIQUEAR, A VALERSE DEL PODER PARA COGER Y APODERARSE DE LOS RECURSOS PÚBLICOS EN BENEFICIO DE UNOS POCOS O EN EXCLUSIVO DE SU PROPIO PROVECHO?
Lo afirmado en el rotulo del presente ensayo, no requiere de mayor esfuerzo para probar y demostrar su exigencia, en paralelo al deber de establecerlo como necesidad de urgencia manifiesta, por tanto la rutina y costumbre dentro de la dinámica de la interacción social en Colombia ha sido de constante y abrupta corrupción, particularmente en Bogotá en los últimos gobiernos, los escándalos no cesan, inversamente se incrementan a ritmos desaforados, galimatías en los que se han visto involucrados tanto ediles, concejales, como los distintos Alcaldes y múltiples ejecutivos (supuestos colaboradores) en las diversas áreas de la Administración Pública.
Excelente y oportuno artículo de la periodista Yolanda Gómez del diario el Tiempo del día 10 de octubre del 2015, intitulado: “La importancia de elegir un buen Concejo para Bogotá”, resaltando en nota sub-siguiente sobre las funciones en relación a que el Cabildo decide sobre el uso del suelo, los Impuestos, el Plan de Desarrollo y el Presupuesto Anual; en fin en el Progreso y Desarrollo de los bogotanos. Magnifico tema para estos momentos de agitación electoral, en tanto que en este mes, el pueblo puede escoger (entre muy grandes comillas) de un ramillete de 500 aspirantes, a cuarenta y cinco Concejales para que durante el próximo cuatrienio, discutan y resuelvan sobre los temas antes señalados, los cuales sobra manifestar son de vital importancia para una buena, regular o pésima Interacción Social en Bogotá.
Sabedor y conocedor el pueblo, que su futuro y destino queda en manos y responsabilidad de un cabildo, en donde a la mayor parte de ellos, los mueve el individualismo, el personalismo, la envidia y el afán de enriquecerse muy rápido y lo antes posible, razón para desbocarse y no medir consecuencias en sus actos, por tanto una vez elegidos y asumido el cargo procuran al precio que sea recuperar lo invertido en campaña, para luego dedicarse a la intermediación politiquera en las obras de infraestructura y en todo lo que refiere a Inversión en lo Social.
Intermediación que sí guardase justas proporciones de un porcentaje razonable, no ocasionaría los colosales descalabros socio-económicos a los que nos hemos acostumbrado en Colombia, llegando a tal punto el desafuero y salida de cabales de la intermediación de la clase politiquera, que han trasladado al país y a todo su pueblo de las inmensas Mayorías, a un estadio de desgracia y total descontrol, convirtiéndolo en uno de los más pobres del planeta tierra, muy a pesar de tratarse de uno de los más ricos en materias primas y recursos naturales.
Luego ha de considerarse inapropiado, inoportuno y no a lugar exigirle tan solo al pueblo unas buenas prácticas políticas, si quienes practican y viven de la actividad política (transformada en politiquería), lo que en verdad buscan es el bien particular y no el General como lo establece y manda la ley, además del orden natural y lógico de las cosas; a efectos de clarificar y de entender mejor la situación, hagamos un parangón con lo que ocurre con la familia y sociedad, todos sabemos y entendemos que la educación (en este caso la educación familiar) debe empezar en casa y familia por parte de los Mayores, a la postre líderes naturales de la familia y sociedad, luego lo más racional y original sería que los líderes políticos que primero aspiran y al obtener el poder político por medio del Voto, a continuación al dedicarse supuestamente a Administrar lo Público, deben obligatoriamente dar ejemplo con excelentes comportamientos y buenas práctica políticas (educación política) a todo el pueblo gobernado.
Advierte la connotada informadora, llamando a su vez la atención de todo el pueblo bogotano, sobre la importancia de la elección de 45 personajes (Concejales), a quienes con el Voto de todos los habitantes que participen en la próxima contienda electoral (deberían ser todos sin exclusión de uno solo, como bien lo señala la redactora), se les concede todo el poder de decisión sobre el presente y futuro de la sociedad; haciendo una acotación en palabras textuales: “…El Concejo de Bogotá es como un taxímetro activado que marca casi 10 millones de pesos por hora y nunca para. Al año, el costo supera los 86.193 millones de pesos, que se pagan de los impuestos de la ciudad…”.
A continuación la Reportera dedica tiempo y espacio dentro de su interesante disertación, a exponer sobre la responsabilidad de votar bien y por la mejor propuesta, como lo indican los cánones del deber ser ciudadano, haciendo hincapié en la elevada cantidad de abstencionismo (65% en las pasadas elecciones), por lógica y obvias razones, pues dentro de ese supuesto y suntuoso ramillete de candidatos (500 en 15 listas), se encuentran como siempre los mismos aspirantes que se han alineado con los mismos contradictorios y conjeturales partidos y movimientos politiqueros, con el agregado de observar a la mayor parte de ellos, haciendo lo que sea (hasta lo imposible, endeudándose hasta la coronilla) a fin de obtener el poder político, de ahí que se la pasen de partido en partido y de movimiento en movimiento, (ejemplos crasos en Colombia hay muchos), surgiendo desde luego la pregunta del millón: ¿Con personajes como los descritos, quién y cómo hacer para creerles?
Del anterior razonamiento surge otro interesante interrogante que reza: ¿Quién fue primero el huevo o la gallina?, esto para compendiar y obligar a respondernos: ¿Quién tiene la mayor responsabilidad de lo que nos ocurre en política, equidistante al manejo, administración y gerencia de lo público, la dirigencia política o el pueblo?, ¿Quién está obligado a empezar a dar ejemplo de buenas prácticas políticas (buen comportamiento integral, en su vida, profesión y cargo), la dirigencia entre ellos los funcionarios públicos designados por el pueblo a través del voto, o la sociedad que los eligió?
Tratando de acercarnos a tener el máximo grado de sensatez y juicio en la respuesta, pues debemos de iniciar a dar ejemplo los mayores, desde luego en el orden de responsabilidades por la posición y encargo que le haya dado la sociedad a la persona, de ahí que los funcionarios públicos deban desde ya comprometerse a cumplir bien y fielmente con la Función y Misión Constitucional asignada, dando desde luego a toda hora ejemplo en todos sus actos públicos y privados como lo establece el ordenamiento legal en Colombia, para eso no hay tutía que valga (excusa), sin que lo antes anotado exima de responsabilidad a toda la sociedad en el deber de exigir y obligar a que los politiqueros que hoy inundan los partidos y movimientos, cambien o abandonen las malas prácticas en política, equivalente a oponerse y rechazar toda clase de dádivas y regalos a los que muchos nos hemos acostumbrado en épocas de campaña o muy cercanas a elecciones.
De otra parte la cronista Yolanda Gómez se apalanca en la entrevista del Senador de la República, John Sudarsky, interesante personaje de la vida política colombiana que ha buscado hacer algunas transformaciones en política y manejo de lo público, sin que hasta ahora haya alcanzado o materializado logros significativos, más allá de la presentación de propuestas y proyectos, los cuales por falta de respaldo político de sus compañeros de Congreso y de bancada, tan solo han quedado en quimeras y meros proyectos que pasan a dormir el sueño de los justos en los anaqueles y archivos del Legislativo en Colombia.
Señala nuestra informadora que el señor Sudarsky advierte y hace referencia textual en su entrevista: …Que tanta apatía se relaciona con la falta de conexión de los concejales con los ciudadanos y su territorio. “La gente cree que no le hace ninguna diferencia votar o no votar porque la relación de los concejales con el territorio es muy clientelista”, agregando como explicación: “…Pero no hace ninguna diferencia porque la mayoría de las personas dejan la elección en manos de unos pocos que sí saben cómo se maneja la mecánica electoral. “Y si cada ciudadano no escoge bien, los otros, los malos, van a escoger porque, cuando uno deja que sean los malos los que escogen, terminan en el ‘carrusel’ de la contratación”.
Errática concepción con la que cualquier ciudadano de bien y del común, rotundamente no puede estar de acuerdo en tanto que sí existen malos, ellos son precisamente quienes se dedican a la actividad y profesión de la política mal entendida (candidatos), en especial y particularmente todos los que realizan y desarrollan muy bien la politiquería, luego entonces ese comentario de que los malos escogen y eligen en política a los gobernantes, es falaz, mal intencionado y no puede tener aceptación en ninguna nicho de población, por faltar abiertamente a la verdad.
Ahora que no le vengan al pueblo con el cuento, que por el hecho de en el 2011 haber salido reelegidos varios concejales cuestionados, que en esos momentos eran investigados por la Fiscalía por efectos de estar involucrados en el Carrusel de la Contratación, eso es responsabilidad y culpa exclusiva de la gente (los electores), valiendo la pena preguntar en dónde están, qué hicieron y qué o cuál función cumplieron las autoridades competentes para evitar tan lamentable y dantesco espectáculo de corrupción rampante y descarada.
Los jefes de los movimientos y partidos políticos a los que pertenecían, incluso siguen perteneciendo hoy los encartados en corrupción, qué y cuáles acciones tomaron en su momento, sabiendo que en el tiempo de presentados los acontecimientos no tomaron ninguna acción ejemplarizante, que se sepa tampoco tomaron medidas para evitar su reelección con nuevos y más grandes escándalos por añadidura, pues en política como en casi todas las necesidades de pueblo colombiano ocurre una situación repetitiva y demasiado preocupante, se olvidan muy rápido los nefastos acontecimientos, de ahí que en nuestro medio sea normal y rutinario, ver a cuestionados personajes realizando toda clase de abierto y descarado proselitismo politiquero, incluso desde las cárceles, para que ahora venga un personaje de la política a descargar toda serie de culpas en el pueblo colombiano.
No hay derecho querida Periodista, no estoy de acuerdo y creo que nadie de las Grandes Mayorías puede y está dispuesto a admitir tamaño de despropósito del Señor Sudarsky, quien se equivoca no se sabe con qué fin, cuando en su entrevista hace tales señalamientos, no sabemos si lo que busca es confundir más a los bogotanos y en general a todo el pueblo colombiano, valiendo la pena recordar que un Cambio de la Politiquería a las Buenas Prácticas Políticas es más que necesario, requiriendo compromiso en primer orden de quienes desarrollan la actividad y profesión de la política (clase político-dirigente), ellos obligatoriamente deben cambiar definitiva y totalmente en su comportamiento y actuación Individualista, personalista, egoísta y particular, por el bien común y general de toda la comunidad colombiana.
Vale la pena aclarar que si bien es cierto a los electores les cabe una responsabilidad menor y mínima, por volver a dejarse engañar y por ende no Votar por el Candidato Probo y la Mejor Propuesta, lo es en mayor grado para la dirigencia por permitir que delincuentes pasen primero por candidatos y luego sean elegidos para el desempeño de la Función pública, con una connotación especial, el pueblo que elige y el que no participa en la elección paga con todas las creces de inmediato al permitir que obscuros personajes lleguen a la administración, en tanto que de ipso-facto a lo que llegan es a seguir apoderándose de los presupuestos pues las deudas adquiridas en campaña son de colosales dimensiones, y no cuentan con fuentes diferentes a la de los recursos fiscales, que acorde al deber ser, están destinados para Inversión en lo Social; mientras del otro lado quienes les dieron los avales acuden a la administración no en ayuda de los más necesitados, sino a ver como también se apropian y les toca para su propio beneficio alguna parte del fisco.
Luego entonces con el modelo politiquero de usanza en Colombia, no solo da la impresión, sino que se tiene la certeza que el perdedor de siempre es el pueblo de las Grandes Mayorías, representándose de forma exacta e intacta esa premisa que reza: “Con cara ganan los politiqueros y con sello pierde el pueblo que los elige”. La desaprobación e imagen negativa que tienen los bogotanos del Concejo, no es gratuita, se la han ganado con creces por su pésima gestión y con mayor razón, por el Escándalo del Carrusel de la Contratación en las últimas administraciones.
Asimismo se considera oportuno reseñar que los infaustos acontecimientos en política, no solo ocurren en la capital de la República, debe incluirse a todo el territorio del país, pues las condiciones y situaciones con cualquiera de los partidos o movimientos que gana las elecciones, todos sin que se salve ninguno, hacen las mismas prácticas politiqueras absurdas e ilógicas, en donde como siempre salen mal libradas las Mayorías, mientras del otro lado bien acomodados los políticos y sus amigos, luego en la transformación debe incluirse todo el pueblo colombiano con prioridad la clase político-dirigente, dando desde luego aplicación total a la innovadora Tendencia de Pensamiento “Realismo Social Humano” (RSH), con el sano y máximo propósito de darle el lugar y la Importancia a la sociedad a través de la estrategia “Participación Masiva Ciudadana”.
Con el RSH se deben parar las malas prácticas políticas, cerrándole de una vez y por siempre el paso y la más leve oportunidad (papayaso) a los corruptos, puesto que hemos llegado a tan alta desvergüenza, que no solo el pueblo, también las autoridades admiten y facilitan la doble militancia de maquiavélicos personajes en determinados partidos o movimientos políticos, a la par con actividades delincuenciales.
Hemos llegado al colmo en ciertos momentos, que deberíamos cuestionar e inquirir a indeterminados personajes por su mala o pésima administración, más sin embargo al momento de ganar o de aspirar a un nuevo y más alto cargo, da la sensación de que olvidamos todos los errores, incluso los delitos y los volvemos a aceptar como funcionarios públicos a pesar de los antecedentes, conociendo de antemano la sensatez y veracidad del adagio que dice: “Vaca salidora no olvida portillo”, haciendo referencia a que: “El que es, no deja de ser”, para llegar al final a volver a desfalcar la administración, con la adición de agravar en superiores dimensiones y cantidades la situación socio-económica de todo el pueblo, en particular de las Mayorías.
Es verdad que en el entre todos, podemos y debemos superar la apatía hacia la clase dirigente, empero siempre y cuando hagamos el cambio de la politiquería actual y del pasado, hacia las buenas Prácticas políticas, empezando por entender el nuevo orden local, nacional y mundial que obligatoriamente debemos empezar a establecer, sí es que en verdad somos responsables con nuestra propia existencia, sin permitirle a nadie que venga de manera unilateral y arbitraria a pasar por encima de los derechos y libertades de las Grandes Mayorías.
El RSH es una salida y solución a todo y cuanto problema tengamos en la Interacción Social Humana en cualquier lugar de Colombia y del planeta, no quedando salida diferente a manos a la obra, pongámonos de inmediato a ejecutar y desarrollar, para que experimentemos en vivo y en directo, lo más rápido posible, un acertado cambio hacia el Progreso y Desarrollo, representado en un mejor vivir para todos sin excluir a nadie.
CORONEL ® ANTONIO JOSÉ ARDILA TORRES CONSULTOR EN ALTOS ESTUDIOS SEGURIDAD INTEGRAL COMPARTIDA